
Seguro que alguna vez o muchas has calentado tu comida precocinada en el microondas en su propio envase o taperware. ¿verdad?
El calentamiento con microondas de comidas en envases plásticos es muy usual hoy puesto que nos resulta una forma muy sencilla y práctica para contar con los comestibles cocinados en un corto periodo de tiempo, sobre todo en este mundo en el que no se dispone de tiempo ni ganas de cocinar.
En este artículo hablaremos del mito del tupper y el microondas y la relación que tanto se habla en los últimos años entre esta forma de calentar los alimento y la aparición de algunas enfermedades como el cáncer.
Botellines de agua, bandejas, plástico film…, envases de comidas precocinados… etcétera si se calientan o bien se exponen a una temperatura ambiental elevada corren el peligro de descomposición del plástico que los cubre y la capacitación de substancias indeseables como las dioxinas y otros tóxicos que pueden migrar al comestible.
Hoy en día casi todos los fabricantes de precocinados futilizan este tipo de envases. Un envase alimenticio es cualquier material que se usa para contener, transportar y guardar productos alimenticios, desde la materia prima hasta el producto terminado, desde el fabricante hasta el consumidor final. Los envases además de esto dejan sostener e inclusive prolongar la vida del comestible y preservar sus cualidades nutricionales dando la protección física y la información conveniente para eludir la polución de los comestibles que los poseen.
Los materiales cada vez son más complejos en su diseño y composición. Uno de los más usados en nutrición es el plástico, que juega un papel fundamental en el manejo y la vida útil de los comestibles. Desde ya hace cierto tiempo se ha oído en más de un medio que el calentamiento en el microondas de los comestibles en sus envases plásticos es una práctica perjudicial para la salud y de esta manera puede ser.
Los plásticos son compuestos químicos que se incorporan a los envases para progresar su funcionalidad mas si no escogemos el material conveniente, en ciertas condiciones estos envases pueden ceder substancias dañinas a los comestibles y alterar sus peculiaridades sensoriales, produciéndose un fenómeno conocido como migración. Este proceso está influido por factores como la naturaleza y dificultad del comestible, el tiempo de contacto o bien la temperatura a la que se somete.
Para impedir que esto ocurra, la legislación contempla diferentes medidas con la intención de disminuir al mínimo este peligro y en este sentido, el Reglamento (CE) N.º 1935/2004 sobre los materiales y objetos plásticos destinados a tomar contacto con los comestibles dispone que los materiales y objetos deberán estar fabricados conforme a las buenas prácticas de fabricación a fin de que, en las condiciones normales o bien previsibles de empleo, no trasfieran sus componentes a los comestibles en cantidad que puedan provocar una perturbación de sus peculiaridades.
Por lo tanto, para reducir la migración de substancias no deseadas a los comestibles deben seguirse las instrucciones del fabricante (tiempo de cocción y potencia) y hacer un empleo adecuado de cada uno de ellos de ellos, usando en el microondas solo aquellos envases destinados a ello.
En el caso de que el material este indicado para tomar contacto con los comestibles, presentará el siguente símbolo
Pero ojo, que un envase de plástico muestre el símbolo no significa necesariamente que sea conveniente para su calentamiento en el microondas.
Hay abundantes géneros de plástico que se han utilizado como materiales de envasado, entre aquéllos que se hallan el polietileno, polipropileno (los más habituales) o bien los policarbonatos. Cada uno de ellos de estos productos tiene diferentes propiedades físico-químicas que los hacen más convenientes para unos ciertos usos y también inapropiados para otros. Este es el motivo por el cual no todos y cada uno de los plásticos resistan las elevadas temperaturas y no resulten convenientes para su calentamiento.
El polipropileno es uno de los más resistentes al calor, asimismo más duro, espeso y transparente con relación a otro primo hermano: el polietileno. Se emplea, en consecuencia, para el envasado de comestibles que pueden ir al microondas. Al contrario, el policarbonato es claro, resistente al calor y se emplea en botellas de agua recargables y biberones estériles.
Asimismo puede emplearse dentro de latas de comestibles y bebidas. En la mayor parte de los casos y, sobre todo, si se emplea de forma conveniente, resulta muy estable.
Cada elemento de estos envases plásticos tiene un acrónimo introduzco para indicar el género de plástico que se trata, con un número identificativo en un triángulo que señala que todos y cada uno de los productos que tienen exactamente el mismo acrónimo están fabricados con exactamente el mismo material.
De la extensa pluralidad de plásticos que tenemos a predisposición, los que no se deben emplear en microondas son los plásticos con el código PVC (policloruro de vinilo) o bien el PS (poliestireno) los que, si bien se identifican por su gran capacidad aislante y amortiguadora, presentan como primordial inconveniente su escasa resistencia a la elevada temperatura (a menos de cien °C se desfiguran) En todo caso, las instrucciones de fabricante en el etiquetado nos orientarán sobre el empleo más conveniente de estos envases y en el caso de duda, es mejor no emplearlos para este fin.
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